Tres días con la familia. ( Mar Coll. 2009 )



Aunque haya escrito en el post anterior que bla y que bla acerca de los filmes que transcurren sobre cojines de sofás de Roche Bobois, no quisiera regresar al convento sin confesar que los burgueses de “Tres días con la familia” son una gente encantadora.

La desesperación de Marta Etura aferrada a la verja del penal en Celda 211, es tan hermosa que deja pocas dudas, pero no es menos cierto que el hecho de que Nausicaa Bonnín regresase a casa sin su premio, es una de esas malditas injusticias con las que el mundo del cine putea a sus hijos.

Un servidor, al que le suelen aburrir las melancolías de más de dos minutos, se fascinó con los ojos y las penas de la madre y la hija en el columpio.

En catalán mejor, claro.