Paseo de Echegaray, hoy y el martes pasado.


Ayer por la tarde pasé por ahí y no estaban el matrimonio mayor ni el barandado de hierro. No sé a dónde habrían ido.

En la otra orilla del río hay muchísimos menos chopos y los edificios ya están terminados. Y no sólo eso, los recién casados que compraron los pisos del fondo hace años que dejaron de tener cosas que decirse. Además han desmontado la grúa porque la necesitaban para subir sacos de cemento a unos apartamentos en construcción que, por alguna extraña o estúpida razón, ahora valen doce o trece veces más.

El río sí es el mismo, o al menos eso dice él.

La columna que hay a la izquierda, fuese lo que fuese, se quiso quedar ahí. Tozuda y bastante hundida en la acera actual, hoy embaldosada dos palmos por encima de su abuela, debió ser el soporte en ladrillo de algo que se extravió hace ya demasiado tiempo como para poder entenderlo, testigo de cosas que ya no importan a nadie.

Aproximadamente el mismo lugar en 1956 y fotografía de José Antonio Duce.

Navidad Feliz una que deseo te tengas ( o algo así)


Está pasando algo, todavía no sé si bueno o malo porque tengo quitado el volumen de la tele. En la pantalla Andrea Bocelli,vestido con un esmoquin totalmente blanco, canta delante de un pianista totalmente rubio. El piano es igualmente blanco, un color bastante humillante para un piano.

Eso no es todo, a derecha e izquierda del escenario hay sendos grupitos de niños que llevan pajaritas a cuadros escoceses y camisas también de un blanco inapelable. Los han colocado por altura y en la primera fila están los más bajitos, que son los que peor rollo dan.

Tengo una ligera sospecha pero todavía quiero pensar que puedo estar equivocándome, ojalá. Al fondo está la orquesta rodeada de abetos artificiales,  blancos, claro. Después la cámara muestra el patio de butacas de un desmesurado teatro tapizado en terciopelo rojo en el que penden del techo amenazantes guirnaldas plateadas.

Empiezo a comprender, y para confirmar mis temores subo el volumen del aparato.


Venite, venite in Bethlehem natum videte regen angelorun” canta Andrea ahora embozado en un foulard, sí, sí; blanco.

Va a ser que es Navidad.

Calculo mentalmente. Sí, han pasado ya doce meses desde la anterior, es lamentable pero no hay duda. Lo más probable es que se haya atascado el calendario del Windows, le doy un golpecito al monitor, parpadea un poco y reacciona. El mes salta de golpe de julio a diciembre, con razón he sentido algo de frío esta mañana cuando acudí al trabajo con bermudas.

Así que he de felicitarme, primero a mí mismo, que soy quien tengo más cerca, y después a quien me lea, que probablemente seré también yo. Buscaré un powerpoint que contenga bebés, gatitos o paisajes de Suiza y se lo enviaré a mis amigos.

Puesto que somos miles de millones los que mutuamente nos deseamos felicidad y amor, entiendo que nunca más va a pasar nada malo y que todo va a ir mejor. Tal vez en Afganistán no, pero eso es porque allí no ha nacido Dios, de hecho es increíblemente asombroso comprobar cómo su lugar de nacimiento se ha ido desplazando desde los extrarradios de Belén hasta Manhattan.

Seguro que se debe a que allí las tiendas cierran más tarde, un Dios que acaba de nacer necesitará hacer muchísimas compras.
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la chavalica del spot de Hugo Boss.


Qué anuncio más mono sin necesidad de que la chiquilla enseñe siquiera el canalillo. Qué ojicos pone y qué pocholadas hace con la boquita, me inquieto como un boy-scout mirándole tender las bragas a la vecina.

No la había visto nunca antes, para mí era nueva en el barrio, supuse que era una moza que estaba empezando. Incluso estuve por preguntarle a Casquero, el del restaurante del polígono, si necesitaba camareras, que una chica así atraería gente y sólo por comer aquí los transportistas se desviarían aunque viniesen de Stalingrado.

Y es que las personas mayores somos un poco ignorantes, porque después busqué en Google y resulta que esta señora, que se llama Sienna Miller, es modelo y diseñadora de alta costura, está montada en el dólar, en el dracma y en el yen, fue la legítima de Jude Law y el rollete de Daniel Craig (el agente 007 torpe). Dicen las lenguas que por ella incluso se hizo tocamientos James Blunt (el de aquella famosa canción de James Blunt).
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el colega del spot de Paco Rabanne.


A este chavalote le basta chasquear los dedos para que su deportivo encienda los faros y acuda a recogerlo a la puerta de casa.

Impresiona pero no es para tanto. Ya hace mucho que un servidor enseñó a la gata a subir el coche del garaje e incluso pasarle un pañito mientras bajo.

Le basta también con hacer chas para que, en menos de un segundo, se deslice sugerentemente hasta el suelo el sugerente vestido de una sugerente rubia de piernas sugerentes.


Tampoco es gran cosa. De forma parecida, si bien haciendo uso de más dedos, y sobre todo de más tiempo, hablo de días o quizá meses, yo también puedo conseguir algo remotamente similar a eso.

Lo que me tiene roto es ver cómo lo único que tiene que hacer es volver a chasquearlos para que inmediatamente caiga a sus pies una bolsa llena de billetes de dólar.

Por lo que pueda ser ya tengo tres cajas de One Million de Paco Rabanne en el armarito del baño, y otras tres en el maletero del Opel Corsa.

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La mirada de Magaly Solier


_____________En "La Teta Asustada" de Claudia Llosa. (2009)

Que si dónde está Federico.

Como en un capítulo del CSI han dividido el monte en cuadritos para rastrearlo con un aparatico de infrarrojos, que nunca he sabido exactamente qué son. Creo que lo mismo que evita que la puerta del ascensor se cierre seccionándote algún apéndice.

Y si es por saber dónde está Lorca yo se lo digo:

En la estantería de mi cuarto de estudiar, con tapa blanda y dura y hasta sin tapas. En una antología que compré en la difunta librería Pérez, la del Tubo, y también en un ejemplar de “Poeta en Nueva York” que me dieron en el colegio por ganar uno de esos concursos de poesía repipi que ganábamos los niños repipis.

Lo conservo en un libro de primaria de Uruguay y en un Romancero Gitano de editorial Losada que me trajo mi madre de Buenos Aires, en el que puse un signo de interrogación con rotulador amarillo junto a la zumaya que canta en el árbol.

En el rótulo de la primera calle en la que viví, en  el graffiti  de una tapia en el Casco Viejo y en el póster de “La Barraca” que colgaba en el despacho de mi profe de lengua.

Por su parte Sigurd, un compañero de curro danés adicto al pacharán, me contó que su profesora de español en Silkeborg, fijó con chinchetas en la pared una foto en la que Federico está con jersey y pajarita

Así que Lorca está en todos esos lugares y en tres millones que me dejo, pero insisto en que donde más y mejor es en los estantes,no sé si cogiendo polvo o echándolos. Quién sabe si desde entonces Federico enamora falangistas  a los que seduce recitándoles al oído eso de “dejadme subir, dejadme, hasta las verdes barandas”.


No haría pues falta que lo buscasen. Déjense de radares coño, ¿para qué a esta altura de la muerte?

Y al Galadí tampoco, hasta dentro de cien años no tiene otra corrida.

García Lorca huyó hace décadas de su fosa. Los dos chuscos tiros por la espalda los tiene ya olvidados, verse en la biblioteca de un colegio en Matagalpa le compensa.

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Dedicado a una amiga que tuve y extravié por estos andurriales de Internet  y que se llamaba y llama Mayte Galadí.

Nunca el tiempo es perdido.

Arboleda de Macanaz, hoy y el martes pasado

Malditos desagradecidos.-

No me esperaba esto de vosotros, tonto de mi, porque si alguien os conocía de cerca, a vosotros y a vuestras repugnantes debilidades, ese era yo. Podía habérmelo imaginado, previsto este día, pero los aparatos electrónicos funcionamos por estrictas leyes físicas y químicas. No es que carezcamos de ética, es que no la necesitamos, incluso esos pobres desgraciados que son ensamblados en Taiwán poseen una moral más estricta que un humano.

He estado ahí durante años y he cumplido, pocas o ninguna vez han sido responsabilidad mía los errores, será porque sólo soy un obediente haz de electrones. Pero no me cuesta trabajo ser modesto, mi nobleza está en mi eficiencia, ni dudo ni traiciono como el software, a mí me instalas una sola vez y me olvidas, no me inmiscuyo en qué programas tienes ni en qué hacen, me importa tres pitos. A Bill Gates no le debo nada.

Soy grande, lo sé, y pesado, y probablemente en un exceso de autocrítica diré que consumo demasiado. Pero el micro-ondas también, y tu secador para el pelo, y esa absurda vitrocerámica que pones en el seis sólo para freírte un huevo.

Y hoy me abandonas aquí, me bajaste de noche y me dejaste en el suelo, como el cobarde ruin que eres. No sé qué te imaginas, supones que alguien me aprovechará, que acabaré en la mesa de estudio de algún niño pobre, si serás capullo.

Hace frío y no pasa nadie por la calle, siquiera un gamberro que me reviente de una patada y así acabe antes mi desgracia. Mientras tanto, tú y tu nuevo monitor de TFT, os sonreís mientras bebes a sorbos un cola-cao que deseo te queme la lengua y a poder ser el alma.

Yo te enseñé en la Wikipedia quien fué Descartes, en mí has visto el extracto de tu cuenta corriente y por dónde se iba al pueblo de tu suegra, te he visto salir desnudo de la ducha y consultar los números de la Bonoloto, te vi palmotear de alegría cuando pujaste en Ebay por la Barbie esquiadora que jamás te dejaron los Reyes.

Te he visto mentir en el currículum, ponerte amarillo cuando Google te descubrió que Gutiérrez, el inútil de sexto de EGB, ahora es director provincial de Repsol. Te he visto maquillada como una perra y llevando sólo el Wonder-Brá, haciéndote con la web-cam fotos que nunca te atreverás mandar a nadie.

Te recuerdo riéndote como un cabrón con el video de un chinito que se estampa contra una columna, o lagrimeando con un powerpóint de ositos panda, y por supuesto cachondo hasta la escayola del techo mientras mulata hacía cochinadas con un plátano de plástico.

Lo he visto todo de tu vida, incluso sé más que tú, hemos estado a solas más veces de las que te conviene, soy el sucio espejo que manejó tus sueños y secretos. Yo soy tú.

Y aun así dormirás tranquilo mientras yo sufro la noche junto al contenedor, seguramente los de Focsa pasarán mucho de levantarme del suelo, y tienen razón porque no les corresponde, siquiera tuviste huevos de depositarme donde debías.

Pero tienes suerte maldito, esa suerte que soléis tener los humanos sólo por el miserable hecho de tener un corazón, Dios está más contigo que conmigo.

Porque yo no tengo memoria, nada que llevarme a la tumba, carezco de un puto chip donde almacenar tus vicios y debilidades desde el que vengarme.
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Entrevista a Scarlett Johansson en el Picarral.

Scarlett Johansson nos concede una entrevista en su recién estrenada casa del elegantísimo barrio del Picarral de Zaragoza. Hace apenas un mes que eligió este maravilloso enclave para mantenerse alejada de los focos y la prensa entre rodaje y rodaje. Se trata de un discreto edificio en estilo neogótico de treinta pisos de altura hecho de ladrillos rojos y amarillos rematado por tejas verdes.  

Justo cuando llegábamos, nos cruzamos en la puerta con su profesor de jota. Él mismo nos comunica que la srta Johansson nos atenderá en el porche una vez que se haya cambiado las alpargatas. Apenas tarda cinco minutos, nos confiesa su duda acerca de si será más conveniente hacer la entrevista en la pérgola o en el saloncito. Dado que nadie de la redacción sabe qué es exactamente una pérgola optamos por el saloncito.

-Papelicos: Buenas noches Srta Johansson, ante todo queríamos agradecerle esta entrevista.
-Scarlett Johansson: Es un placer para mí, además no tenía nada que hacer mientras corría el antivirus.
-P: Permítame antes que nada preguntarle si representa para usted algún inconveniente el que yo continúe dormido mientras la entrevisto.
-SJ: En absoluto, aunque me estaba preguntando cómo puede haberse quedado usted dormido con la tele a todo volumen.
-P: Es usted muy amable. Aunque se salga del ámbito netamente periodístico le diré que anoche dormí mal. Ahora acabo de ver “Saber y Ganar” y después siempre me entra sopor.
-SJ: Yo también suelo verlo. A mi edad conviene obligar a las neuronas a hacer un esfuerzo extra de vez en cuando. ¿Sabía que a los naturales de Cuevas de Almanzora se les denomina “cuevanos”?
-P: Realmente es emocionante, por cierto, sabemos por la prensa, ya que usted no lo oculta, que hace pocos días celebró su noventa y tres cumpleaños. No es necesario que le diga que está usted magnífica.
-SJ: Gracias joven, pero es poco mérito mío y mucho de mis genes. Ha de saber que mi abuelo, Eusebio Johansson, murió a la edad de ciento sesenta años y hasta el día anterior seguía subiendo a la era.
-P: Su abuelo era natural de Tardienta, si no me equivoco.
-SJ: Así es. Lo fusilaron los falangistas en la Guerra Civil, pero él siempre iba a lo suyo, no se percató de nada y se fue a cenar.
-P: Srta Johansson; ¿Qué representó realmente para usted haber trabajado a las ordenes de Woody Allen en Barcelona.
-SJ: En una ocasión estábamos en las Ramblas y me pellizcó el culo.
-P: ¿Y qué sintió?
-SJ: Es un genio.
-P: ¿Sigue usted en contacto con Javier Bardem?
-SJ: Ya no, me pasé a Orange hace un año.
-P: Sea sincera; ¿se siente usted la mujer más atractiva del cine actual?
-SJ: Por supuesto que no. Tenga en cuenta que en la vida real sólo mido setenta y cinco centímetros, dependo de la ayuda de los informáticos de postproducción para salir en pantalla con una estatura normal.
-P: Supongo que eso habrá sido siempre un inconveniente para su carrera.
-SJ: Sin duda. Mis compañeros tienen graves problemas conmigo en las escenas de sexo. En el rodaje de “La Isla” mi partenaire, Ewan McGregor, me pisaba continuamente.
-P: De joven Obi-Wan Kenobi era bastante torpe.
-SJ: Total.
-P: ¿Si volviese a vivir igualmente se dedicaría al cine u optaría por su ya de todos conocida pasión por coleccionar botellas vacías de pacharán?
-SJ: No sé (sonríe), es pronto, hoy todavía no lo sé (suelta una tímida y encantadora carcajada), Creo que tendría que pensarlo mucho (se atraganta y vomita el desayuno).
-P: Admítame otra licencia; no puedo terminar esta interviu sin antes confesarle que usted se parece mucho a la mujer a la que más desea este humilde reportero.
-SJ: ¿Qué quiere decir “interviu”?
-P: Es una revista de tetas.
-SJ: ¿Le apetece un adoquín del Pilar? El Gobierno de Aragón me los envía cada semana.

Metiéndose en la boca un enorme caramelo de naranja, Scarlett Johansson da por concluida la entrevista. Nos da dos besos a cada miembro de equipo y nos acompaña hasta la cancela. Antes de despedirnos definitivamente bromea sin pudor al respecto de la estatua dorada de Mao Tse-Tung que adorna su jardín. Es un recuerdo de familia, nos dice, me la regaló su majestad Alfonso XIII el día de mi primera comunión.

Una mujer sorprendente.

Vente del Líbano para esto.

En el lado izquierdo de la avenida San Juan de la Peña nació en los años sesenta el barrio de las Balsas del Ebro Viejo(*). Mientras, el lado derecho era un mundo de naves industriales que iban perdiendo fuelle. Aunque Hierros Alfonso sigue ahí, con su reloj haciendo esquina. En cambio ni sombra queda de la fábrica de oxígeno, de la que me pasé toda la infancia extrañado ya que; ¿qué sentido tenía fabricar oxígeno?

Podría recordar más pero sólo tengo cuarenta y siete años.

Quizá llegué a ver el edificio que ocupaba ese espacio, pero no me acuerdo. Atrás comenzaban los terrenos de la Azucarera del Rabál y en medio un zipi-zape de vías rematadamente muertas. Ignoro qué empresa ocupaba ese solar y quien plantó el árbol cuatro o cinco décadas antes de que Marqués de la Cadena consiguiese llegar hasta allí.


Junto al cedro existía un depósito elevado de agua pintado de blanco, demolido hace poco. En los trozos de hormigón diseminados entre los hierbajos es donde hacen pis los perros de los pisos nuevos, lo mejor o lo único que puede hacer el perro de un dueño hipotecado.

El cedro se quedó aislado con su chulería bíblica, el ayuntamiento le puso una plaquita con su nombre y una constructora una molestísma valla publicitaria en la que amenazan con construir dos bloques más en el hueco que queda.


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(*) El Ebro, hasta la Edad Media, llegaba a Zaragoza bajando en línea recta desde Juslibol, más o menos atravesando lo que hoy es el Actur y girando en ángulo recto cerca del Pilar. De ahí en adelante seguía como ahora, ciertas avenidas durante el siglo XIV lo obligaron a tirar por donde cursa hoy.


(**) En esta web de la Asociación de Vecinos del Picarral he sabido qué era el hogar perdido de mi cedro. Está en esta panorámica, junto al edificio blanco y el citado depósito elevado. Se trataba de las dependencias de CAMPSA, todo desintegrado ya y con treinta años de alsfalto por encima. Pero el árbol ahí, con un par.

 http://fotosdelpicarral.blogspot.com.es/
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Tras la Audiencia

Puesto que ésto sólo es un rincón más de la red, tras mucho pensar y pensar en algo digno de captar tu atención en un primer post y llegado a la conclusión de que tu atención tiene extrañas manías imposibles de predecir, he optado por empezar frente a esta tapia y en este otro rincón.
Es de mi ciudad pero podría ser de cualquier otra.
O no. Qué va.