esos juegos de palabras de cuando despierto


Miro hacia el techo,

recreo tus pechos,

tu boca al acecho,

tu pelo deshecho,

tu voz, tus ojeras,

tus dulces maneras,

tus tacones sobrios,

tac tac en la acera,

tu risa, tu blusa,

tu rabia confusa,

tu carmín sin prisa

sobre mi camisa,

tu nuca imprudente,

tu piel inconsciente,

tu lengua impaciente,

tu olor en mi mente,

tu humedad que imploro,

el mar de tus poros,

tus nalgas que adoro

ajeno al decoro,

tus uñas en guerra,

tus celos que aterran,

tu sexo que entierra

la llave y me encierra.

Te duermes sin miedo

mordiendo mis dedos,

morirme en el ruedo

me importa ya un bledo.

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de sábanas santas, monjitas y conejos al ajillo.-

Tengo camisas compradas hace tres años en el Carrefour que están para tirarlas, me parece muy raro que una sábana de hace veinte siglos años siga así de bien y planchadica, tanto da el esmero con el que la hayan guardado las monjitas clarisas, eso es mucho tiempo incluso para una monjita.

No obstante, y procuraré no descalabrarme al apearme de de mi pedestal de escéptico, el escueto párrafo de Flavio Josefo se merece una oportunidad. Cosas más inconsistentes me contaba mi tía Lola y yo me las creía, como cuando me dijo que el conejito que nos comimos en navidad no era Felipe, que Felipe se había escapado por la ventana que daba al patio de luces y que el que hervía en la cacerola lo había comprado ella el día de antes en el Spar.

En Intereconomía quieren dejarnos muy claro, especialmente a los impíos y masones, hasta qué punto ellos son católicos y aseados, que respetan a sus mayores y ayudan a cruzar la calle a llas señoras de astracán. Por eso, para demostrárnoslo en este lluvioso Viernes Santo de frustrada Madrugá, están debatiendo (es un decir) sobre el dichoso Síndone de Turín.

Nótese que lo he escrito con mayúsculas en señal de respetuosa condescendencia.



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¿La religión y la Democracia pueden compartir piso?


En castellano, alemán y francés, la palabra “democracia” tiene diez letras, en inglés lo dejan en nueve. En cualquier caso se trata de una megapalabra de aquellas que sólo los dioses, y me refiero a los dioses justos, deberían pronunciar, y como antaño hacían las madres, sería buena idea proponer la creación de un delegado de la ONU cuya responsabilidad consistiese en lavar la boca con jabón a aquellos mandatarios que usen el termino a la ligera. 

Así pues, antes de asegurar que el objetivo de las tropas rebeldes que han puesto mirando a Cuenca a media docena de mentecatos dictadores del norte de África, es instaurar la democracia, estimo que no estaría de más que nos asegurásemos, preguntándole a tales vehementes libertadores vestidos de camuflaje, si saben qué rayos significa realmente la palabra. Si están de verdad por la labor de que todos y cada uno de los ciudadanos de su futuro estado tengan los mismos derechos.

Si su lucha es por esa libertad que permite vestirse de señor o de señora, dejarse barba o una cresta, ir por la calle de Drag Queen o de Espinete. Si, llegado el día de su liberación, se podrá teclear lo que te de la gana y luego darle al enter. Si se le permitirá conservar ambas manos a un gafapasta que garabatee un dibujico de Mahoma o lleve calzoncillos estampados con la media luna.

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foto: http://www.boston.com/bigpicture/


Con las raybans no se ven las dictaduras.


Veo en féisbuc una foto de Paco, Puri y Consuelito apoyados en una de las esfinges del dromos de Karnac, los tres sudan como si llevasen ocho horas descargando sacos de yeso. La esfinge, ajena a su sofoco, se mantiene distante y silenciosa. Es lo que se espera de una esfinge.

Dichas fotos están en Facebook, una vez eliminadas, eso sí, casi todas en las que salía Consuelito. Según parece, en el tiempo que medió entre el viaje y la pasada nochevieja, Consuelito tuvo el feo gesto de tirarse a Paco en un par de ocasiones a sabiendas de que su mejor amiga, Puri, llevaba en ello desde el BUP.

Mi ironía tocando el tema, no el de Consuelito, que es horrible, sino el de Egipto, es purísima tiña. Lo que daría yo por hurgar con el dedito en cualquiera de los maravillosos bajorrelieves de la Sala Hipóstila, aunque haciéndolo me arriesgase a perder rudamente la virginidad en una celda de Luxor.

Es curioso es lo  mucho que ha cambiado Egipto desde entonces, que en el brevísimo lapso de unos pocos titulares pasó de ser un país hospitalario, amable y sugerente a revelarse como una chunga dictadura: Y aún me resulta más curioso el que Paco, Puri y Consuelito, precisamente ellos que suelen ser mazo solidarios y han ido con camisetas de Greenpeace hasta  a los velatorios de sus abuelas, no comentasen nada al respecto. También guardaron silencio los turistas japoneses, yankis y europeos, que llegaron a ser 15 millones en el año 2010. A todos ellos la dictadura les pasó bastante desapercibida.

Lo mismo le debió suceder a Sarkozy, cuando en el 2007 se llevó a su novia a festejar a las pirámides poniéndose palote mientras los reporteros la fotografiaban con gorrito de arqueóloga: Ni se dieron por enteradas nuestras Majestades cuando estuvieron de barbacoa  con Mubarak en el 2008. Y hace tan solo un par de años, Obama, enfrascado con hallar a Yul Brynner en las pinturas de Abu Simbel, apenas se percató de que en las calles del Cairo la policía hostiaba antes de preguntar.

Pasará algún tiempo antes de que este bloc se permita hacer un viaje más allá de Almonacid, no obstante, se permite aconsejar a Paco, Loli y Consuelito, así como al resto de los 15 millones, que la próxima vez se fijen mejor.

Que comprueben si el taxista puede opinar libremente de lo humano y lo divino, un derecho inalienable de todo taxista, y que miren a ver qué número de periódicos se venden en los kioscos.

Mejor aún; que pregunten a la recepcionista del hotel si votó en las últimas elecciones y a la empleada que les hace las camas por el enlace sindical de los trabajadores del resort.
 
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el fotograma que sólo vi en sueños.


Liz, morenez hierática, lujuria rellenita adorablemente desquiciada y de divinidad un tanto vulgar (las diosas también se encogorzan) tampoco me dijo adiós.

El Javi nos lo contó mirándonos a dos palmos, que es como miraba él, con voz temblorosa y bajita para que no se enterasen los adultos que jugaban al rabino en la mesa de fórmica de la cocina.

-Hay una escena en la que Richard Burton la saca en brazos de la bañera –nos dijo.

Y ahí se calló, como un cabrón, y cuando le pedimos que continuara lo hizo tras un gesto de desdén, haciéndose el mayor. Javi era un poco capullo.

-Te tienes que fijar muy bien –continuó por fin-, tienes que estar muy atento porque sólo es un segundo –bajó todavía más la voz dilatándosele las pupilas tras sus gafas de un centímetro de espesor-. A ella se la ve desnuda, de espaldas.

Era algo así como el año setenta y dos y a los niños idiotas como yo nos parecía punto menos que imposible que una señora (o un señor, o un perro pequinés) pudiesen salir desnudos en un filme.

Hasta aquél día mi universo mediático no había ido mucho más allá de Torrebruno y mi sueño más erótico era poseer el Mádelman submarinista.

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de terremotos y besos.

http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/m_hernandez/sunen.htm

Y mientras el que suscribe, con el permiso de Ramón Sijé, iba de su corazón a sus asuntos, el planeta giró más de una docena de docenas de veces. Tozudo y carente de imaginación siempre lo hizo en el mismo sentido.

Es lo que tienen los planetas, difícilmente cambian de opinión.

Así, unas veces por las buenas y casi siempre por las regulares, y en tanto este insano bloc se enmohecía como un roquefort bajo una campana de cristal, en el exterior de este disco duro la realidad se fue modificando.

Allá, en la otra punta, un cacho respetable del Japón se fue al garete, y todos aquellos que no nacimos japoneses coincidimos en decir que, caso de pasar lo mismo en nuestro pueblo, hubiese palmado hasta el moñaco verde de los semáforos, que es el que corre.

Aquí, a doce mil insolidarios kilómetros de distancia, a un servidor le tembló la tierra de otro modo. Cambió de trabajo, de labios que besar y un poco después de calle, de teléfono y de sistema operativo, amén de perder tres kilos y la fe en las Loterías y Apuestas del Estado.

Como decía la canción de Barón Rojo, y mira tú que referencias culturales tiene uno, todo está bien si tú estás aquí.

Bueno, allí.


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a chunguing morning.


No estoy para coñas, como mis tres lectores saben, e incluyo al esquimal y a la superiora de las Ursulinas de Balvanera, hace ya más de tres meses que no escribo.

Pero no ha sido culpa de las musas, al contrario, han sido ellas quienes más me han dado la tabarra, especialmente Clío, que está imposible desde que perdió el pleito con la Renault.

La vida es susceptible de complicarse, incluso cuando mejora. es curioso que con la muerte no suceda lo mismo, largarte de aquí por lo general suele ser un trámite sencillo.

Salvo que seas faraón.

No obstante es del dominio público que mantenerse vivo tiene ventajas, quedarse en la cama hasta las doce es agradable, también lo son unas pantuflas forradas de borreguito.

Además está la sombra en agosto, la luz reflejada en el trasero de ella cuando se levanta a beber agua, la guitarra de Joe Walsh en Hotel California y la longaniza de Graus.

Pero a veces uno, o sus circunstancias, se atascan.

En un invierno cualquiera, estás yendo a alguna parte y se te hunden las botas en la nieve, como al doctor Zhivago, si es que se escribe así.

Llueve cuando inicio este post, llámalo post llámalo milongas que se le ocurren al Pilot, la caligrafía de Michael J Fox, la servilleta de bar, de esas que no te limpian cuando te manchas los dedos con el aceite del churro.

Llueve y es evidente que no estoy para coñas, en esta mañana de marzo la ironía corre asustada y en pelotas por la calle, la he echado a puntapiés, repito; poca coña hoy conmigo.

El chino ya debe llevar liquidados unos cuarenta euros en la tragaperras, cosa curiosa; no pide cambio, lo saca de una riñonera de estética manchú con un escudo bordado del Barça.

Me gustaría ser chino, o no, lo que querría en realidad es ser menos individualista, o ser ameba, o estafilococo, o un tipo cualquiera de molusco.

Bivalvo a poder ser.