mucha policía

Charles Krupa (The Associated Press)

Cuando llevas días visualizando individuos uniformados, equipados como para una guerra de trincheras, cuando todas las noticias las lees copypasteadas y buscas algo más, y ves que no, que nadie dice res.
 
Entonces empiezas a preocuparte un poco, y te palpas, por si has mutado en un plutoniano gelatinoso y es por ello que te sorprende esa sumisión informativa, ese consenso, el acuerdo global en que todo sucedió tal y como está dicho.

Ustedes son los periodistas y yo el desinformado, así que díganme qué pasa. Pero si carecen de texto o de grandes novedades déjenme dormir y no me agobien con un Flash Player con monigotes que recreen cómo fue, por qué calle escapó y dónde lo trincaron. No quiero que me cuenten una película, para eso tengo otro canal y de teniente de los SWAT hace Nicole Kidman. 

En todo caso explíquenme qué radio de acción puede tener un único descerebrado de 19 años para que los bostonianos tiemblen en masa y aplaudan este desproporcionado despliegue policial, qué terror es el que hace que la ciudad más rancia de los EEUU acepte lloriqueando que le bloqueen con tanquetas las plazas, no les incomode ser cacheados o que les pisen el jardín tropas de asalto, que todo les de igual, incluso que los acojonen, con tal de tener salvaguardado el culo.

Por qué un ejército de policías super-entrenados y mega-vitaminados no sabe cómo detener al sospechoso sin acribillarlo, un anormal que corría que se las pelaba, como es lógico, y de qué justicia divina se creen administradores para que la plebe, al enterarse, grite hurras agitando banderas.

Díganme qué es lo que pasa para que ni dios se cuestione nada, cómo ha llegado a ser posible que en el país de la Libertad los medios se achanten cuando se les conmina a grabar ésto pero nunca lo de allá so pena de comerse la cámara y el micro con el gato.

Pero seré más frívolo todavía. ¿Por qué en los EEUU el chaval que va con su churri al cine obedece sin discutir y se baja del coche dejando las llaves puestas cuando un pavo repelado portando una chapa y un chaleco del FBI se lo ordena?

Antes de quedarse sin follar y sin Renault Clío, un español montaría una al más puro estilo numantino aun a sabiendas de que le esperaban quince años de aislamiento en Sing-sing.

torpedos contra ideas.

Hundimento del RMS Lusitania. 1915.

La incultura emerge a oscuras, si bien ignora el significado de la palabra. El Lusitania sabe que van a por él y zigzaguea, pero ante un submarino tuneado no hay escapatoria.

Ser homínido cansa a según quien, y pensar estresa. Los batracios sin embargo ya saben lo imprescindible para existir, únicamente precisan un charco y una mosca que les sobrevuele, listos. Eso y estarse quietos, tumbarse a esperar la noche en chándal y chanclas riéndose sobradoramente de la abeja Maya porque vota a un partido minoritario y no para de ir y venir portando información de cómo es la vida en los bosques del otro lado de la carretera. 

Tú eres gilipollas, abeja, le dicen. A nadie le interesan otros bosques ni qué dijeron hace un siglo las lechuzas respecto a la soledad del individuo, si es el sol quien gira o deja de girar. Todo lo que puedas aprender nos sobra viviendo en éste universo paradisiaco de charcas abiertas hasta las tantas y larvas de mosquito. 

Seremos pues todos sapos, no faltará mucho, sapos quizá con muchos gigas gratis de conexión inalámbrica y de regalo una aplicación que emule la luz de Luna para croar donde tú quieras y a la hora que te apetezca.

Pero sin echarle más madera nos arriesgamos a que las olas apabullen esta nave supuestamente insumergible y plena de confort que tantos cálculos llevó a los ingenieros. Sin contar con quienes habitualmente la torpedean en horas de máxima audiencia con la pretensión de abaratar costos y que ésta sea una sociedad-plancton sin criterios, rasa y carente de espíritu crítico. Que volvamos a ser moluscos y dejemos al sistema modificarnos a su antojo. Poseyendo submarinos no necesitan ya quemar las librerías.

Se oyen gritos de pánico en cubierta y nos escuece la popa. Nos han dado, escoramos hacia la derecha y vamos dejando un reguero de ideas desmembradas que asusta a las ballenas. Los tiburones, que nunca desearon devorarnos, por vergüenza ajena se abstienen de mirar, les basta con que se ahogue el hijoputa que aseguró que sus aletas eran afrodisiacas. 

Sin pensadores tendremos muy pocas esperanzas de desayunar mañana, encima José Luis Sampedro ya no está a bordo. Ahora es más libre que nunca y lo mejor es que ya no le falla el oído. Se ha dejado llevar con apenas 96 años porque ponerse a discutir con entidades eternas exaspera incluso a los inteligentes. Pero la muerte sabe de sobras que nos ha hecho una putada, la humanidad sin humanos es un fiasco.

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"en la riqueza y en la pobreza... "


Cada vasito de leche con Omega 3 y cada Danacol, cada kiwi que tengan ustedes en la nevera y hasta los ganchitos que comen visionando “¿Dónde vas Alfonso XII?”, son susceptibles de imputar, Alteza. Ahora que es sabido lo sabido, de su casa resulta sospechoso hasta el buda de madera del pasillo. 

Este bloc no entiende de derecho, si una vez traspasé el hall de la Facultad fue porque en el salón de actos tocaba el grupo de un amigo. Quien por cierto, nos prometió  un aforo de niñas pijas con disponibilidad de apartamentos paternos en Salou y allí no pasó de haber una docena de heavys carentes de bienes inmuebles. Pero aún profano en jurisprudencia, el ciudadano usuario de bonobús entiende que su alteza ha dormido bajo un edredón posiblemente adquirido con el producto de mesitas de trile, eso sí, de estilo Luis XV. Una pasta que se colaba en Pedralbes hasta el salón sin que nadie se aventurarse a preguntar. 

Cinco kilos de euros no te los dan de comisión por vender la Enciclopedia Canina de Salvat. Cualquiera sabe  a cuánto asciende la nómina de su cónyuge y qué días son los que cobra. ¿Cari, a ti ya te han ingresado? Pues dale dinero al crío que necesita plastidecores. Pero parece ser que en casa hablaban poco de dinero, será porque usted  vuelve harta de actualizar libretas o será porque pagar el gas no es su problema principal, antes está la úlcera que producen las cuñadas.

En cualquier caso el vulgo no nos lo tragamos todo, y eso que estamos entrenados, súbditos fieles como somos de su Real Padre desearíamos creerle, como Rodrígo Díaz, dejaríamos la vida en ello. Díganos que al menos lo dudó antes de dar por cierta la historia que le contó su marido, eso de que se encontró una olla llena de monedas al final del arco iris. 

Y confiésenos también que le molestaba sobremanera que Corinna, de vuelta de una de sus francachelas, con los zapatos en la mano y tras haberle potado en el portal, picase en el telefonillo cuando ustedes ya estaban con los pijamitas de Snoopy puestos. Cris, reina, dile a Iñaki que baje que tengo un curro para él. Le decía con su irresistible gracejo francfortés.

Todo era sospechoso igual que en un capítulo de Jessica Fletcher y usted debería haberse estado más atenta, Señora, fijado en que el Rolex que dejaba su churri en la mesilla no era el mismo que ganó en aquella tómbola en las fiestas de la Mercé. O dígame si no de dónde obtuvo la pasta para comprase la PlayStation 4

Una esposa española como Dios manda, paseada en Rolls y casada por el Arzobispo de Barcelona portando una cola de más de tres metros (el vestido, no el arzobispo), debería haberse percatado de ese tipo de cosas que a cualquier plebeya le hubiesen costado, además del piso, una bronca con sus padres, seis meses sin echar un polvo y ciento cincuenta cajas de tranquimazines.     

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Harry Callahan contra el duque.


Según la Universidad de Toronto, y tras haber hecho un estudio con cien millones de torontonianos, ver la televisión a solas es demoledor para la psiquis. Frente al televisor, así seas un levantador de piedras de Leiza, te conviertes en un ser frágil y susceptible de sufrir cualquier tipo de agresión. 
 
Por ejemplo, cuando en el telediario te cuentan que al yerno de no sé qué monarca, a pesar de su imputación, no sólo le permiten continuar siendo excelentísimo sin haber apoquinado aún la tela de la fianza, además le ofrecen un pastizal de dimensiones pornográficas por capitanear un equipo de vóley femenino en Abu Dabi. 

Se trata del tipo de noticias que conviene oír tomándote un cortado en la cafetería de la esquina, dándole vueltas al azúcar junto a otros cuatro con las narices tan templadas como las tuyas. De modo que cuando al fondo del bar, en la Samsung de 42 pulgadas asome el susodicho en plano americano y con su careto de pijo cuarentón, rubio y entrecano embozado en su bufandita, tengas tus recursos para defenderte. 

Porque ahí es cuando el señor bajito del alfiler de corbata del Atleti manifiesta en voz alta, sin la terminología jurídica adecuada pero con muchísima pedagogía y cerrando un poco un ojo igual que Clint Eastwood, el modo con el que él remediaría el despropósito. A lo que el auditorio en pleno, tú mismo, la camarera panchita, la señora ludópata del estampado de leopardo y el prejubilado de la mesa del final, como Tony Curtis a Espartaco juramos seguirle hasta la muerte, tras lo cual te volverías a casa cantando la Marsellesa pero sólo te sabes la primera frase. No es como el cuadro de Delacroix pero sí  parecido.

Lo insano es que cuando saquen en la tele a los presuntos te pillen sólo en casa y derrengado en el sofá. Puedes igualmente despotricar, si, pero como mucho recibirás el apoyo de la foto de tu cuñada de baturra que tienes colgada en el salón, quizá el de la bailarina de Lladró, y para cuando hayas terminado tu sentencia el corrupto se habrá ido ya de cuadro y Matías Prats estará con otro tema. En Rubielos de Mora un peñasco cayó ayer en mitad de la carretera y el MOPU tiene la excavadora en el taller. Tu bronca la recibirá pues un tractorista jubilado que en su vida se fue de la taberna sin pagar un carajillo.    

Hace dos siglos que los del pueblo llano dejamos de ser sanguinarios. El mantenimiento de la guillotina corría por nuestra cuenta y nos salía carísimo el afilador. Ahora nos conformaríamos con que ésta gentuza tuviese la obligación de escuchar al menos un diez por ciento de los epítetos imprescindibles para describirlos. Olvidémonos de las cárceles, que para ellos serían una anécdota, dudo mucho que los pusiesen a montar bolis Bic

Condenémosles a que nos tengan que oír uno por uno, desde la anciana desahuciada a mi  novia, a la que le han tangado la beca alegando el Ministerio déficit en el encéfalo del ministro. Propongo poner a toda esta raza de anélidos de pie contra una tapia, ahora sin raybans que les atenúen la vergüenza, e ir pasando los millones de contribuyentes armados de un megáfono.

La Libertad guiando al Pueblo. Eugène Delacroix 1830.
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la muerte es mala

Cristo de la Buena Muerte.

Unamuno afónico para nada, Lizipaína desperdiciada, además es de Interés Turístico Internacional, cual la Tomatina. Aún en crisis somos puro espectáculo, venid guiris y opinad, que nos da igual, acerca de nuestras instituciones, vamos a ver si son o no son laicas. Y a vosotros, Rousseau, Voltaire, que os vayan dando que estamos de puente, hoy es Jueves Santo y la religión sin patetismo es cosa de protestantes sosainas que no saben divertirse. Aquí seguimos a vueltas con la muerte.

Sospecho que reconocerlo influirá negativamente en mi solicitud de alistamiento pero he de confesar que a un servidor morirse le pone un mal cuerpo espantoso. La muerte no puede ser hermosa antes de los cien a no ser que tengas una enfermedad sin remedio desgastándote por dentro.

Por afición a la vida Pasteur se fundió las pestañas y Florencia Nightingale las cervicales, y por lo mismo un picoleto se sumerge hasta las amígdalas en un río helado o unos padres autorizan a que el corazón y los riñones de su hijo salgan zumbando en helicóptero para que la parca sea derrotada en la tanda de penaltis. Los vítores deberían ser por ellos, incluida la señora que pasa el mocho en el quirófano, antes de por Alejandro de Farnesio.

Aquí, un servidor, como Violeta Parra agradece a la vida el abecedario. Llámenme marica, me importa un huevo, pero pienso vivir hasta que me muera. Gracias al esfuerzo de gente inteligente que rara vez presumió del tamaño de su escroto, habito en un país en paz y pacífico. Y dado que Cavaco Silva no es Kin Jong y que, hasta donde yo sé, el ejército de Andorra carece de misiles, lo que me preocupa es que me suban el recibo de la luz. Eso sí que es un atentado a la Soberanía Nacional.

Me estresa la marcialidad sin cuento, la chulería innecesaria. La patria, por suerte, prefirió civilizarse y dejar de exigirnos que vertiésemos la sangre arrebatándole un cerro al vecino. Otra cosa es que terroristas y canallas la hayan derramado por su cuenta sorprendiendo por la espalda a un policía que cumplía decentemente con lo suyo sin necesidad de histrionismos ni vivaspañas.

Sé que es insalubre disentir de la tradición, del heroísmo circunscrito, si me echan al fuego ya me he despachado, y aunque quien suscribe admire a ese chaval de la ASPFOR que voló por los aires cuando atravesaba un poblado pastún, no me convencerán de que murió por mí, ni tampoco por defender éste querido país en el que tan difícil es ser a la vez patriota y progresista.

A Cristo, por cierto, nadie le pregunta, le bandean haciéndole desfilar por un pasillo de subfusiles dando por sentada su opinión. Me temo que los ejércitos le inspiran escasísima confianza. Algo muy lógico dada su experiencia.