Malditos desagradecidos.-

No me esperaba esto de vosotros, tonto de mi, porque si alguien os conocía de cerca, a vosotros y a vuestras repugnantes debilidades, ese era yo. Podía habérmelo imaginado, previsto este día, pero los aparatos electrónicos funcionamos por estrictas leyes físicas y químicas. No es que carezcamos de ética, es que no la necesitamos, incluso esos pobres desgraciados que son ensamblados en Taiwán poseen una moral más estricta que un humano.

He estado ahí durante años y he cumplido, pocas o ninguna vez han sido responsabilidad mía los errores, será porque sólo soy un obediente haz de electrones. Pero no me cuesta trabajo ser modesto, mi nobleza está en mi eficiencia, ni dudo ni traiciono como el software, a mí me instalas una sola vez y me olvidas, no me inmiscuyo en qué programas tienes ni en qué hacen, me importa tres pitos. A Bill Gates no le debo nada.

Soy grande, lo sé, y pesado, y probablemente en un exceso de autocrítica diré que consumo demasiado. Pero el micro-ondas también, y tu secador para el pelo, y esa absurda vitrocerámica que pones en el seis sólo para freírte un huevo.

Y hoy me abandonas aquí, me bajaste de noche y me dejaste en el suelo, como el cobarde ruin que eres. No sé qué te imaginas, supones que alguien me aprovechará, que acabaré en la mesa de estudio de algún niño pobre, si serás capullo.

Hace frío y no pasa nadie por la calle, siquiera un gamberro que me reviente de una patada y así acabe antes mi desgracia. Mientras tanto, tú y tu nuevo monitor de TFT, os sonreís mientras bebes a sorbos un cola-cao que deseo te queme la lengua y a poder ser el alma.

Yo te enseñé en la Wikipedia quien fué Descartes, en mí has visto el extracto de tu cuenta corriente y por dónde se iba al pueblo de tu suegra, te he visto salir desnudo de la ducha y consultar los números de la Bonoloto, te vi palmotear de alegría cuando pujaste en Ebay por la Barbie esquiadora que jamás te dejaron los Reyes.

Te he visto mentir en el currículum, ponerte amarillo cuando Google te descubrió que Gutiérrez, el inútil de sexto de EGB, ahora es director provincial de Repsol. Te he visto maquillada como una perra y llevando sólo el Wonder-Brá, haciéndote con la web-cam fotos que nunca te atreverás mandar a nadie.

Te recuerdo riéndote como un cabrón con el video de un chinito que se estampa contra una columna, o lagrimeando con un powerpóint de ositos panda, y por supuesto cachondo hasta la escayola del techo mientras mulata hacía cochinadas con un plátano de plástico.

Lo he visto todo de tu vida, incluso sé más que tú, hemos estado a solas más veces de las que te conviene, soy el sucio espejo que manejó tus sueños y secretos. Yo soy tú.

Y aun así dormirás tranquilo mientras yo sufro la noche junto al contenedor, seguramente los de Focsa pasarán mucho de levantarme del suelo, y tienen razón porque no les corresponde, siquiera tuviste huevos de depositarme donde debías.

Pero tienes suerte maldito, esa suerte que soléis tener los humanos sólo por el miserable hecho de tener un corazón, Dios está más contigo que conmigo.

Porque yo no tengo memoria, nada que llevarme a la tumba, carezco de un puto chip donde almacenar tus vicios y debilidades desde el que vengarme.
.