Que si dónde está Federico.

Como en un capítulo del CSI han dividido el monte en cuadritos para rastrearlo con un aparatico de infrarrojos, que nunca he sabido exactamente qué son. Creo que lo mismo que evita que la puerta del ascensor se cierre seccionándote algún apéndice.

Y si es por saber dónde está Lorca yo se lo digo:

En la estantería de mi cuarto de estudiar, con tapa blanda y dura y hasta sin tapas. En una antología que compré en la difunta librería Pérez, la del Tubo, y también en un ejemplar de “Poeta en Nueva York” que me dieron en el colegio por ganar uno de esos concursos de poesía repipi que ganábamos los niños repipis.

Lo conservo en un libro de primaria de Uruguay y en un Romancero Gitano de editorial Losada que me trajo mi madre de Buenos Aires, en el que puse un signo de interrogación con rotulador amarillo junto a la zumaya que canta en el árbol.

En el rótulo de la primera calle en la que viví, en  el graffiti  de una tapia en el Casco Viejo y en el póster de “La Barraca” que colgaba en el despacho de mi profe de lengua.

Por su parte Sigurd, un compañero de curro danés adicto al pacharán, me contó que su profesora de español en Silkeborg, fijó con chinchetas en la pared una foto en la que Federico está con jersey y pajarita

Así que Lorca está en todos esos lugares y en tres millones que me dejo, pero insisto en que donde más y mejor es en los estantes,no sé si cogiendo polvo o echándolos. Quién sabe si desde entonces Federico enamora falangistas  a los que seduce recitándoles al oído eso de “dejadme subir, dejadme, hasta las verdes barandas”.


No haría pues falta que lo buscasen. Déjense de radares coño, ¿para qué a esta altura de la muerte?

Y al Galadí tampoco, hasta dentro de cien años no tiene otra corrida.

García Lorca huyó hace décadas de su fosa. Los dos chuscos tiros por la espalda los tiene ya olvidados, verse en la biblioteca de un colegio en Matagalpa le compensa.

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Dedicado a una amiga que tuve y extravié por estos andurriales de Internet  y que se llamaba y llama Mayte Galadí.