Vente del Líbano para esto.

En el lado izquierdo de la avenida San Juan de la Peña nació en los años sesenta el barrio de las Balsas del Ebro Viejo(*). Mientras, el lado derecho era un mundo de naves industriales que iban perdiendo fuelle. Aunque Hierros Alfonso sigue ahí, con su reloj haciendo esquina. En cambio ni sombra queda de la fábrica de oxígeno, de la que me pasé toda la infancia extrañado ya que; ¿qué sentido tenía fabricar oxígeno?

Podría recordar más pero sólo tengo cuarenta y siete años.

Quizá llegué a ver el edificio que ocupaba ese espacio, pero no me acuerdo. Atrás comenzaban los terrenos de la Azucarera del Rabál y en medio un zipi-zape de vías rematadamente muertas. Ignoro qué empresa ocupaba ese solar y quien plantó el árbol cuatro o cinco décadas antes de que Marqués de la Cadena consiguiese llegar hasta allí.


Junto al cedro existía un depósito elevado de agua pintado de blanco, demolido hace poco. En los trozos de hormigón diseminados entre los hierbajos es donde hacen pis los perros de los pisos nuevos, lo mejor o lo único que puede hacer el perro de un dueño hipotecado.

El cedro se quedó aislado con su chulería bíblica, el ayuntamiento le puso una plaquita con su nombre y una constructora una molestísma valla publicitaria en la que amenazan con construir dos bloques más en el hueco que queda.


..........

(*) El Ebro, hasta la Edad Media, llegaba a Zaragoza bajando en línea recta desde Juslibol, más o menos atravesando lo que hoy es el Actur y girando en ángulo recto cerca del Pilar. De ahí en adelante seguía como ahora, ciertas avenidas durante el siglo XIV lo obligaron a tirar por donde cursa hoy.


(**) En esta web de la Asociación de Vecinos del Picarral he sabido qué era el hogar perdido de mi cedro. Está en esta panorámica, junto al edificio blanco y el citado depósito elevado. Se trataba de las dependencias de CAMPSA, todo desintegrado ya y con treinta años de alsfalto por encima. Pero el árbol ahí, con un par.

 http://fotosdelpicarral.blogspot.com.es/
.