manifiesto en apoyo de las pitones

No seré yo quien en un próximo viaje a la india se encarame a un sicómoro para acariciar la cabecita un bicho de esta envergadura, por mucho que me jure Salma Hayek que es más dócil que un caniche, aunque la verdad es que hay caniches muy temperamentales.

Pero pitón o no pitón (creo que eso es lo que es) no deja de ser una criatura de de Dios. Amarilla y comeratones ha sido diseñada para estirar a gusto sus considerables metros e hipnotizar al triste gorrión o pato que se le antoje a su bifidez.

Lleva meses encerrada ahí, dormida tras un vidrio, enroscada porque no tiene otro remedio que enroscarse, viviendo de alquiler y expuesta a los miles de gritones que a diario pasamos por la galería comercial que no diré dónde está porque no me acuerdo, o sí; un sitio que se llama Carrenosequé.

-¡Míra mamá, una serpiente!...

Y la tal debe estar hasta los mismísimos ovarios, tanto me da que las hembras reptiles tengan o no tengan, ésta lo está. Un día se escapa, pilla despistado al segurata, (que por cierto me dijo que no se podían hacer fotos) y lo engulle con walkitalkie y todo.

Si las pilas son alcalinas la pitón puede envenenarse.
.