se acabó el sindiós.

Juana de Arco en Ruan, de P P Rubens
Mientras ZP mete en la Samsonite los cedés de Sonsoles, los peatones retomamos el camino.

Y esta vez será el del Cid, que no el de Almodóvar.

Es evidente que fuimos influenciados por agentes moscovitas si no eran de peores sitios, hemos porfiado en corromper y corrompernos, de haber seguido por donde íbamos lo del Diluvio hubiese sido una tontería, lo de las plagas una pijada, me río de millones de ranas cayendo sobre Juslibol. Moisés, ese perroflauta con sandalias, lo tuvo fácil, el Faraón no era sino un líder amanerado que se pintarrajeaba los ojos, más tonto quel chorro colar, ahí lo quisiera haber visto con Tebas patas arriba por las obras del tranvía.

No será extraño pues que en breve patrullas de abuelos inflamados dinamiten el carril bici, o que jóvenes vecinos del Camino de las Torres denuncien en la 13 que, oídas al revés, las canciones de Labordeta invocan a Julio Anguita, o ver a niñas de Sansueña rezando el rosario frente a los estantes de preservativos del Mercadona.

Por fin La Rudi, en corcel blanco y vestida de armadura con la cruz del Apóstol sobre el pecho, galopará por la Plaza del Pilar