Porque a ustedes la globalización les pone cachondos y a mí no.
Porque con tal de generar riqueza no se puede hacer de todo, generar pobreza, por ejemplo, a la larga termina por fastidiar el invento y al final se ven en la necesidad de usar mangueras para dispersarnos.
Porque sus sistemas han estropeado el fin, y viceversa.
Porque ese neoliberalismo cuya foto de comulgante llevan en la cartera, ha garabateado todos los folios en blanco que nos quedaban. Esos listorros con el nudo de la corbata flojo, los que cuando se van a orinar se llevan la BlackBerry, han terminado por arruinarnos con sus ideas de bombero.
Porque los de su partido usan la palabra Espàña como si a los demás nos importase tres pepinos, hasta el punto de que ahora, y por su culpa, a mí casi me importa cuatro.
Porque este país y sus albuferas se merecen mucho más que ser el desahogo de jubiletas guiris o el escondrijo acolchado de mafiosos rusos, bielorusos o circunfusos.
Porque, aunque el Sr Aznar nos dijese en su día lo contrario, no hay guerra imprescindible ni malos cuyo odio sea global y se cure enfundándolos en un mono anaranjado, y porque la política exterior de sus amigos ha podrido al Mundo y ustedes disfrutan haciéndole cucamonas.
Y porque un hotel de más de veinte pisos es una exageración, la paella arriba llega fría.
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