Porque visto está que Rubalcaba fuma porros, y lo hace en el baño para que no lo pille Pablo Iglesias, sólo así entendería su pretensión de convencernos.
Porque no fue una buena idea echar a Marx a puntapiés.
Porque demasiadas veces han confundido y nos han hecho confundir el civismo con la cursilería, copypasteando leyes tan pueriles que cualquier imbécil puede dárselas de rebelde quebrantándolas.
Porque dígale a su ministra que educar no es comer el coco. Edúquenme si me dejo, pero no pretendan convencerme de que sus criterios son universales basándose en frasecicas de Rousseau, la mitad de ustedes siquiera sabe deletrearlo.
Porque es muy fuerte, muy fuerte de la muerte ¿sabes tío?, lo del cole pijo del Ministro de Fomento: Más le hubiese valido apuntar a sus niños al inglés de CCC, y porque siquiera han dado un soplamocos a ese presidente autonómico que se pulió tres pastizales en un desproporcionado A-8 y le regaló de paso ciento cincuenta mil jodidos argumentos a la señora Cospedal.
Porque un servidor se habrá quedado estancado, quizá, pero sigue convencido de que lo mejor es que los trenes, los hospitales y los montes pertenezcan al Estado.
Y porque las dos letras que a su partido parecen estorbarle son precisamente las mejores.
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