Los crímenes de los Cines Goya.

Parece ser que la eficacia de una empresa constructora se patentiza en el poco tiempo que emplea en hacer desaparecer un edificio que lleve ahí toda la vida- En realidad sólo son necesarias dos cosas, una excavadora y un permiso, después puedes convertir en arenilla el Acueducto de Segovia con absoluta tranquilidad.

En el caso de los Cines Goya han salvado el expediente dejando la parte imprescindible de la fachada, el resto ya es un hueco en el corazón (*), y me pregunto si quien pretende engrosar sus cuartos con la venta de despachos es conocedor de que especula con suelo sagrado.


En 1906 en ese mismo solar estaba la garita en la que Eduardo Jimeno proyectaba sus cintas y allí Farrús transformó su tingladillo de feria en un salón de cine "ultramoderno" (*). A esa esquina de la calle San Miguel los zaragozanos que cupimos en el ancho siglo XX le debemos la felicidad de sentirnos gansters, espadachines, astronautas, Blancanieves, Josefinas Bonaparte o sirenitas.

No me extrañaría que alguna oscura noche de Noviembre los seguratas que custodien el futuro edifico de oficinas se crucen con un malencarado centurión o un grupo de espectrales bailarinas de can-can, puede que hasta con el mismísimo Pablito Calvo. Se les erizará la piel cuando en plena madrugada escuchen nítidamente los sollozos de Alfonso XII o el ruido de la máquina de escribir de Jack Nicholson, tal vez en plena tormenta se agriete el pavimento como en el final de Poltergeist y asome cubierto de barro el traje de pana de Paco Martínez Soria.

El Cinema Goya se inauguró durante la 2ª República (*), después España optó por los filmes de monjitas y no hubo más erotismo que el del cañón de la desmadejada Aurora Bautista, pero pasó aquella noche y Viridiana se quedó a jugar al tute, algo más tarde Kim Basinger se puso a cuatro patas para el cabrón de Mike Rourke.

A pesar de su jubilación por quiebra, cansancio o ambas cosas, el Cinema Goya todavía pudo haberse reconvertido en la mejor filmoteca de Zaragoza, pero no se lo permitieron ni estos, ni esos ni aquellos.

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(*) Parece ser que los vecinos de Alcoi no se han limitado como nosotros a echar simplemente un llorico en la puerta.
(*) En el Cine Farrusini también actuaban cupletistas y tonadilleras.
(*) 26 de Marzo de 1932 con la película "Viva la Libertad" de René Clair. Como novedad el Cinema Goya fue el primero en disponer de ascensor.

Foto con el rótulo:
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