Bien
que siento sentir rabia, pero este bloc de mayor quiere ser amoral, no me
gastaré las orejas releyendo en voz alta a Pepito Grillo, así son las cosas y
así se las cuento al router de Orange, él que haga lo que le de la gana, y si
se pone moralista me vuelvo a Movistar.
No me visualizo, eso sí, izando en una pica la cabeza de un potentado, aquí servidor
se va de boca, su indignación hoy por hoy sólo es literaria y electrónica, en
ese orden, cuando
hay sangre me pongo tiquismiquis, dejaremos la violencia para los violentos, se les da mejor, los
intelectualoides lloramos a la mínima, enseguida apelamos a Lennon y a Yoko Ono.
Otro
asunto son las ganas, los amagos verbales, ese jurar
por Snoopy que en el próximo Octubre Rojo seré el primero en saltar las tapias
del Palacio de Invierno con un mechero Bic en el bolsillo. O no sé, todo
depende de cómo tenga la ciática ese día.
Una
vez Toñín, mi amigo de los quince años, tras tres vasos de zurracapote en las
fiestas de Pinseque, le tocó el culo a una dama bella y madura que lucía los Wrangler
más perfectamente encajados del planeta.
De
repente, y de atrás de tan sublime trasero, apareció un gigantón de uno
ochenta y nueve que levantó a Toñín por la pechera y le dijo: ¿Tú ves ésta
hostia? Pues no te la voy a dar porque eres un mierdecica, pero haz de cuenta
que te la he dado.
Lo
del chiste de Fontdevila vendría a ser un poco de lo mismo, señores banqueros.
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Manel Fontdevila: http://blogs.publico.es/manel/4296/%C2%BFy-si-2/
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