cambio de jefazo en RTVE


Que se calle esa panda de críticos liliputienses, una vez más yerran, éste caballero al que señalan como inexperto, durante un largo año fue Director General para el Desarrollo de la Sociedad de la Información del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Chúpate esa mandarina, tratándose de un cargo de ocho palabras no importa cual haya sido su cometido, quitaos la boina ante su presencia y listo.

¿Para qué porras necesita experiencia el Presidente de la Corporación RTVE? ¿Es que va a ser él quien formule las preguntas en Saber y Ganar? ¿Va a tener que teclear él mismo el pie de imagen cuando el consejero saliente de un banco embarrancado acuda a los medios a entonar una saeta?

Olvidan los maldicientes que un español de pro es capaz de dirigir lo que se le mande, sí señor, para un hombre de talla lo mismo es comandar un submarino nuclear que una charcutería. Puede liderar con igual eficacia un periódico, un hotel en Calpe o una turba de cosacos del Don.

Son los incapaces, los envidiosos, quienes inciden en su falta de experiencia, quienes bajunean comparándolo con su colega George Entwhistle, un mediocre que acaba de ser nombrado Director de la BBC después de  veinte años currando en esa misma casa. Un zagal que entró de prácticas, tras dos décadas en la empresa, se dispone ahora a dirigirla.

No puede ser tan listo ese Entwhistle si le ha llevado tal porrón de años encaramarse al sillón, un trepa español asciende al Everest en una tacada y con cuatro telefonazos.

¿Qué sabrán los ingleses de periodismo si siquiera usan el signo de abrir interrogación y hasta que no acaban la frase uno no tiene puta idea de que te están haciendo una pregunta?


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La Corporación RTVE acerca de su presidente

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actualizado a 12/11/12: 
Parecen no existir dudas respecto a que Entwhistle metió la gamba, no él en persona pero sí alguien de la corporación que dirigía, por ello renunció a su cargo con los mismos bombos y platillos que lo asumió, de ese modo se ahorra tener que estar contínuamente agachándose para recoger su cara caída por la vergüenza. Algo que a los directivos españoles no les da pereza en absoluto, de hecho el suelo está lleno de caras.

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