setenta y siete mil setecientos setenta y siete.

Los coches no tienen biografía, o no les dejamos, cuando llegan a viejos a poco que tosan los convertimos en chapas descontextualizadas, en piezas de colores sucias de orín. No está bien lo que hacemos con los coches, deberíamos ser más humanos con alguien que ha soportado tanto nuestros estréses.
E
l motor del mío vino desde Southampton, allí, una fría mañana de primavera, lo ajustó un operario a punto de jubilarse llamado Garry Mills, un rubio barrigón al que en su vida le dio el sol más de dos días seguidos. Fue a última hora de la jornada, luego, camino a casa se tomó tres jarras seguidas de cerveza en el pub de su amigo Jhon Brennan y esa noche le hizo el amor a su pecosa esposa Leanne. Poco rato, apenas cinco minutos antes de quedarse frito oyendo a Bonnie Tyler.
Semanas después, un buque contenedor con nombre gaélico y tripulación pakistaní, trajo hasta aquí el coche a medio hacer, un viaje realmente malo porque en el Canal había mar gruesa. Es a lo que te arriesgas si eres ensamblado en una isla.

Lo que quedaba fue mecanizado en Almusafes, un día a principio del otoño y después de almorzar, y el operario esta vez se llamó Vicente Cosías Pí, que era de Mislata. Su novia, Amparito, le esperaba al final del turno en la parada del bus y se tomaron dos horchatas en un bar de Benimaclet. Al anochecer también hicieron el amor, durante más rato que los ingleses porque eran más jóvenes y porque la horchata da menos sueño. En el radiocassette sonaban los Presuntos Implicados.

A mí me lo vendió una señora madura y guapa, un tanto pija como para llevar un coche tan macarra, la dama era de de San Juan de Mozarrifar, que a pesar de lo largo de su nombre es un pueblo muy pequeño.

Y así hasta la pasada madrugada de verano, a las seis y seis en el paseo de Echegaray y Caballero, pegadito al Ebro, las coordenadas exactas fueron 41 grados, 39 minutos Norte y 0 grados, 52 minutos Oeste, lo he mirado en Google Maps. Allí fue donde, diecisiete años y seis meses después de aquel viernes de Enero en el que salió de fábrica, mi sufrido Ford Escort Xr3i color blanco puso su cuentakilómetros en 77.777.


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