prioridades y tanquetas.



Lo primero es lo primero, y dada nuestra insistencia en pacificar en Afganistán, los BMR son imprescindibles. Éstos, junto con los dragaminas y los quepis de la Guardia Real, deben ser las absolutas prioridades de la Nación. Un país civilizado siempre ha de tener el material de guerra limpio por lo que pudiera suceder, tal y como el bidé del piso de un soltero.

¿Para qué es el dinero que apoquinan los contribuyentes sino para gastarlo en lo que más se necesita? No hay porqué pasar vergüenza ante Marruecos presentándonos en las maniobras con unos carros blindados sin entrada frontal USB. Y ya que estamos éste bloc opina que España necesita con urgencia un par de portaaviones nuevos, uno por infanta, que les compensen por lo chungo de sus bodas.

Gastamos mucho en asuntos superfluos, se nos va la pasta en cosas infinitamente prescindibles, llegará el día, por ejemplo, en el que los maestros resulten optativos. Démosle una buena enciclopedia on-line a los chavales y aprenderán solitos que Calderón de la Vega  pinto el retrato de Dorian Gray

Así pues menos sanidad y más helicópteros de combate, ni por asomo hay tanta gente enferma como dicen aquellos que instan al gobierno a dilapidar el tesoro en prótesis y marcapasos. Sabido es por todos que en los hospitales se fingen aneurismas y hasta algún coma profundo para alargar el puente del Pilar.

Bien dicho está lo dicho, señor ministro, servidor estará orgulloso de que su dinero se transustancialice en modernas balas de cañón para que, llegado el caso, la Brunete disuada a las tropas portuguesas de su  intento de traspasar el Ribeiro, ocupar Galicia y apoderarse de Inditex para reconvertirlo en una mega-factoría de gallos de cerámica.