Declaración de Guerra


Este bloc os la tiene jurada, nadie sabe que estoy, siquiera que soy. Como Don Pelayo desde mi escondrijo puedo tiraos pedruscos a la calva.

Me tenéis frito con vuestras monsergas, sois una panda de cenutrios camuflados con trajes de mil rayas, vuestras madres nunca se atrevieron a confesaros que nacisteis de un huevo caducado.

Habéis deprimido a mi padre, sabelotodos de habas, tangado la jubilación y la ilusión, habéis desguazado su mundo inventándoos la crisis,  pariéndola gráfico a gráfico en las salas de juntas de vuestros rascacielos. Le habéis afanado una inmensa tajada de sueños y buena fe amañando powerpoints. En cada litro de gasolina, en cada factura de Endesa y en cada semana en Benidorm él ha cumplido con su parte, pagado con tarjeta y domiciliado la pensión.

Ahora venís para avisarnos desde los titulares, asomándoos la cabezota tras murallas de billetes de 500, que ante el purgatorio que se nos viene encima recularía hasta Caronte. Que no nos queda otra que seguir haciendo esfuerzos porque toda una puta vida currando no ha sido suficiente ni será.

Que era de noche y llovía y los que conducíais no habéis visto el bordillo, os distrajo un sms y el país terminó escacharrado contra la tapia de ladrillos de una obra a medio terminar.

Desde aquí os declaro la guerra, politicuchos sin programa, listorros de las finanzas, usureros místeres Goldmansáchs y Mudycorporéitions. No sé cómo, pero rebuscando frases, girando el idioma, mentándoos en chistes de café, haré todo lo posible por hundiros, y será tan chungo que al final optaréis por meter la cabeza en el inodoro y ordenarle a vuestro mayordomo que tire muchas veces de la cadena hasta ahogaros.

Soy una pulga pero voy a ir a por vosotros, no me abandone la suerte, que dice el capitán, y saldréis escalera abajo perseguidos por los gorrazos de los más encabronados de la famélica nación. Os haréis pis de miedo en vuestros cálvinkleins deseando que regrese Robespierre.


 La Internacional en Cuéntame.

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