Págale a los traidores de una vez.

Me dicen que Viriato ha muerto en prime time y que ha sido una canallada esquinera y españolísima. Sin incorporarse  apenas del triclinium, el cónsul romano finiquitó casi gratis al decano de nuestros libertadores. A saber qué hubiera sido de nosotros si el lusitano hubiese conseguido echar a los latinos a puntapiés Meseta abajo hasta Sagunto.

Quizá hoy nuestro idioma, y por ende el de los tucumanos, caraqueños, bonaerenses y tijuanacos, hubiese sido una suerte paleohispánica intraducible y llena de olcusivas, un coñazo del que estaríamos muy orgullosos pero en el que Cervantes se hubiese vuelto mico para escribir una sola página.

En este caso, y sin que sirva de precedente, admitamos que bien está lo que mal acaba. El triunfo de los malos, siesos y con su plumero en el casco, nos convirtió en una civilización, sembrándonos de puentes y acueductos que, de haber estado solos los hispanos, jamás nos hubiésemos puesto de acuerdo para construir. En Segovia no, dirían los tarraconenses, que ya tienen los cochinillos…

Los guionistas de la serie llevan semanas jurando por Snoopy que sus musas han estado mediatizadas por las exigencias del mass media, ignoro pues a quien habrá que agradecer sus mejores gags, como por ejemplo el que una lusitana del siglo II AC se llame Bárbara, tal como la Rey o la Streisand. 

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