Ni en dioses ni en reyes ni en tribunos… (*)

Hemos bajado la guardia Marcelino.

Y ya ves cómo nos va, los curritos hemos llegado al tercer milenio siendo una bien enseñada trouppe, una masa blanducha, una fila de a uno de liliputienses timoratos que sólo aspiran a que llegue el próximo puente.

Nos convencieron o nos convencimos de que ya éramos burgueses, tal vez porque conseguimos pagar en cinco años el Audi.

Esos dos o tres que aún levantan el puño nos parecen anacrónicos, pringadillos, palizas megafoneros, dado que ahora somos modernos y europeos dedujimos sobraban las pancartas y los pitos.

Cuatro décadas después de que te comieses el marrón de Carabanchel los amos del cotarro vuelven a apretarnos las tuercas, nos amenazan con que el que se cantee se va a la cola, meten miedo vaticinando que la jubilación no nos va a alcanzar a todos, diciendo que el que se ponga más malo de la cuenta tendrá que pagarse él mismo las inyecciones.

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El mundo va a cambiar de base.
Los nada de hoy todo han de ser. (*)