No será por Ecce Homos, llevamos cuatro
siglos de Contrarreforma, allá con su asepsia los protestantes, donde esté una buena imagen de un Cristo lacerado
y moribundo que se quiten los himnos de Lutero.
El caso es que tengo un tío
jubilado que por un par de carajillos les encalaba de arriba abajo la capilla, y
una prima gótica que cursa un grado superior de Artes Plásticas. Denle el
patronato cien euros a la moza y verán cómo les pinta desde cero un Ecce Homo de
trazo celestial digno de ser robado por Erik el Belga de no haberse jubilado.
No hacen falta pues borradores ni
tanta opinión en arial del doce, zanjado el entuerto en dos semanas los
borjanos hubiesen estrenado un Cristo más bonito que un San Luis, algo que
supongo es teológicamente imposible.
Tampoco hubiese sido menester
molestar a las señoras restauradoras, bastante curro tienen sin salir de casa,
les hicieron dejar el camping de Cambirls por un asunto tan menor que para
solucionarlo bastaban un cartel de Cáritas, dos chinchetas y un poquito de
pudor.
Hemos podido comprobar hasta qué
punto hormonamos las noticias, artificialmente cual terneras, ni Doña Cecilia es
Atila ni tiene su capacidad de “destrozar”, y quizá la palabra “anciana”, por
más que redondea el chiste, haya sido puesta en negrita demasiadas veces.
Bien está la hipérbole cuando te hace
sonreír, pero cuando se te pasa la risa empieza a resultar ridículo lo que fue
ridículo desde siempre.
_______________________________